Gustav Klimt

Gustav Klimt, el sibarita

La vida, las mujeres y el arte fueron su pasión, sobre todo el arte, que lo llevó a ser uno de los más importantes pintores modernismo vienés y a pintar “el beso” una obra inmortal. Lo de sibarita se le notaba cada vez que lo veían desayunar con café, pastel Gugelhupf y crema de chantillí, cerca de los jardines del palacio Schönbrunn. ¡Que te quiten lo bailado, querido Gustav!

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